El balón intragástrico es un tratamiento temporal y no quirúrgico para la pérdida de peso que implica la inserción de un globo de silicón en el estómago. Posteriormente, este globo se llena de líquido para ocupar espacio y reducir la capacidad del estómago, lo que provoca sensación de saciedad, plenitud y menos hambre que favorecen la pérdida de peso gradual y controlada.
Se debe asociar una dieta durante el periodo de mantenimiento del balón dentro del estómago. Una vez finalizado el tratamiento es retirado.
El Balón Intragástrico se indica en pacientes:
Que presentan obesidad con un IMC menor de 35.
Con obesidad mórbida, como tratamiento previo a una cirugía bariátrica.
Que no tienen indicación de cirugía bariátrica y no consiguen la pérdida de peso deseada con los cambios en la alimentación, actividad física y medicación.
Con alguna enfermedad relacionada con el peso como presión arterial alta, apnea obstructiva del sueño, hígado graso, niveles altos de colesterol, diabetes tipo 2, accidente cerebrovascular ó enfermedad cardíaca.
Ventajas
Esta técnica es completamente reversible, ya que permanece en el estómago de 6 meses a 1 año.
Es un procedimiento ambulatorio, no quirúrgico.
Su colocación dura aproximadamente 30 minutos; se realiza en una sala de endoscopía, con sedación por anestesia. Se retira del mismo modo.
La recuperación conlleva algo menos de 3 horas, tiempo en que el paciente podrá ir a su domicilio. Normalmente no requiere ingreso hospitalario.
Durante el tiempo de uso del balón, el paciente puede realizar una vida normal, con la diferencia de que se sentirá saciado antes, e ingerirá cantidades menores de alimento.
Unido a una dieta adecuada (blanda y de menor cuantía), el balón intragástrico proporciona una media de reducción de peso en torno a los 15 y 20 kg.
Al igual que otros procedimientos que conducen a la pérdida de peso, el balón intragástrico puede ayudar a mejorar o solucionar afecciones que, a menudo, se relacionan con el sobrepeso, como:
Enfermedad cardíaca.
Presión arterial alta.
Niveles altos de colesterol.
Apnea del sueño.
Enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Reflujo gastroesofágico.
Dolor en articulaciones.
Afecciones en la piel como psoriasis y acantosis nigricans.
Desventajas
Un grupo menor al 0.5% de los pacientes, puede intolerarlo por nauseas o vómitos y precisar su retirada antes del tiempo fijado.
La anatomía y capacidad del estómago no se modifican por haberlo llevado. Dado que no se han producido cambios anatómicos, una vez retirado el balón intragástrico, si se come de forma inadecuada, se puede volver a engordar.
Seguimiento después de colocar el balón intragástrico
Después del procedimiento, te reunirás a menudo con los miembros del equipo médico, como el nutricionista y el psicólogo, quienes te orientarán y motivarán continuamente a cumplir las pautas recomendadas y a su vez animarte a realizar ejercicio.
El objetivo fundamental es lograr que el paciente cambie sus hábitos tanto alimentarios como de ejercicio físico, siendo esto la clave para que la pérdida de peso sea sostenible en el tiempo, aún después de retirado el balón.
¡Recuerda que no sólo es perder peso, también es ganar vida!
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